Las mujeres de la etnia Yao sólo se cortan el cabello una vez en la vida, a los dieciséis años, justo antes de contraer matrimonio.
Esta tradición continúa ya que creen que traerá longevidad y fortuna a sus familias.
Normalmente lo llevan enroscado debajo de sus pañuelos, pero se puede verlas cuando lavan sus melenas de dos metros con agua de arroz a la orilla del río.
Nuestros parámetros de belleza y reconocimiento son peculiares, algunos han cambiado con el tiempo, otros no.
La mayoría responden a pautas culturales y creencias.
Sin embargo, algunas cosas mantienen su poder magnético: el brillo de unos ojos cuando miran con curiosidad y deseo, el aleteo de una voz al sonreír y la intensidad de los labios que expresan lo que sienten.
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